A partir del 15 de julio de 2024, entró en vigencia una reducción de la jornada laboral en Colombia, que pasó de 47 a 46 horas semanales. Esta medida, parte de una reforma laboral gradual que planea reducir la jornada a 42 horas para el 2026, la reforma busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores al permitir un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal. También pretende aumentar la productividad al reducir el agotamiento de los empleados. Muchos países han estado reduciendo sus jornadas laborales, y Colombia busca alinearse con estas tendencias globales que promueven un entorno laboral más sostenible y humano. A pesar de estas mejoras, el mercado laboral colombiano todavía enfrenta desafíos significativos. La informalidad laboral sigue siendo alta, con muchos trabajadores sin acceso a beneficios sociales básicos. Además, la inflación elevada, que afecta el costo de vida, sigue siendo un problema que erosiona el poder adquisitivo de los ciudadanos y amenaza con desestabilizar los avances logrados. La mejora en la calidad de la educación y la formación profesional es esencial para asegurar que la fuerza laboral esté preparada para enfrentar las demandas del mercado global.
En junio de 2024, Colombia experimentó una disminución en la tasa de desempleo, que bajó al 9.9% desde el 10.4% registrado el mes anterior. Esta reducción en la tasa de desempleo se atribuye a la recuperación de algunos sectores clave, como el comercio y la construcción, que han mostrado un crecimiento sostenido y han generado nuevas oportunidades de empleo, aunque persisten retos para asegurar un crecimiento laboral sostenible y equitativo.
La reactivación de estos sectores ha sido fundamental para la creación de empleos, impulsada por el aumento en la demanda interna y el crecimiento de la inversión pública y privada. Los proyectos de infraestructura han dinamizado la construcción, mientras que el comercio ha visto un repunte gracias al incremento en el consumo. Asimismo, el gobierno ha intensificado sus esfuerzos en programas de capacitación laboral para mejorar la empleabilidad de los ciudadanos. Iniciativas como cursos técnicos y programas de formación en habilidades digitales han permitido que más colombianos accedan a empleos mejor remunerados y más estables.
La Inversión Extranjera Directa (IED) ha aumentado, especialmente en sectores tecnológicos y energéticos, lo que ha contribuido significativamente a la creación de empleos. Esta inversión no solo genera nuevos puestos de trabajo, sino que también fomenta la transferencia de tecnología y conocimientos, beneficiando a la economía en general.
Se espera que la reducción de horas fomente la creación de nuevos empleos al requerirse más personal para cubrir las mismas horas de operación en ciertas industrias.
Para mantener esta tendencia positiva en el empleo, es crucial que el gobierno continúe promoviendo políticas que incentiven el crecimiento económico sostenible. Esto incluye el apoyo a la innovación y el emprendimiento, la mejora de la infraestructura y la creación de un ambiente favorable para los negocios.
El sector privado también juega un papel vital en la consolidación de esta recuperación laboral, mediante la inversión en nuevas tecnologías y la generación de empleos de calidad. La colaboración entre el sector público y privado será determinante para asegurar un crecimiento inclusivo que beneficie a todos los colombianos.